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Hay suficientes historias de "lo que pudo haber sido" alrededor de Detroit como para llenar una fábrica, y la historia del Plymouth RNX es una de las más curiosas.

A principios de 1960 Plymouth era un fabricante de coches prácticos y lentos, que competía cabeza a cabeza con Chevrolet y Ford. Sin embargo no contaba con una respuesta al Chevy Corvette, y el biplaza del elegante diseñador Virgil Exner estaba destinado a cambiar eso.

A Exner se le dio libertad para poner un poco de vida en línea de la compañía, en un esfuerzo para aumentar las ventas y mejorar la imagen de la empresa, y uno de sus "autos ideales" era un biplaza al que le tuvo tanta confianza que él lo bautizó con su nombre.

Exner construyó el auto de sus sueños sobre una versión modificada del chasis de cuerpo único que compartían el Valiant y el Dodge Lancer. Bajo el capó eligió un motor de seis cilindros inclinado 30 grados de 170-pulgadas cúbicas que produjo 250 caballos de fuerza, gracias a las modificaciones del múltiple de admisión, escape y pistones modificados para uso en NASCAR. El motor podía llegar a las 7,500rpm, y Exner quería un coche capaz de alcanzar las 150mph. Durante las pruebas, el auto llegó a las 143mph, y luego, con un cono de fibra de vidrio en la punta, el RNX superó las 152mph en la pista de pruebas de Chrysler en Romeo, Michigan.

Visualmente, el RNX es impresionante. Su tema de diseño asimétrico, aunque no es revolucionario, es intrigante, y ofrece una interesante vista desde casi cualquier ángulo. Pero es especialmente evidente cuando se ve el coche por detrás. La nariz resaltada y extendida tiene una rejilla de aluminio sólido con los agujeros perforados para la refrigeración, equipado con faros cuádruples populares en su tiempo. Una aleta vertical, similar a la de un Jaguar tipo D, se extiende desde el cofre hasta la cajuela. Una cruz resaltada en cromo sirve como defensa, con una hoja delgada que corre hacia abajo de la aleta.

En el interior, los marcadores redondos del tablero tienen lentes individuales invertidos que imitan cámaras ópticas, lo que refleja el interés de Exner en la fotografía. La guantera tenía una correa que se separa del tablero para ser utilizada como una funda para cámara.

La carrocería construida a mano creada por el constructor italiano Ghia, era de acero y no de fibra de vidrio, que era usado por la mayoría de los constructores de autos de concepto. Esta es una prueba más de que el RNX estaba destinado para su producción, y no sólo serviría como un coche de exhibición.

"Era un entusiasta de los autos deportivos, y él siempre anhelo un roadster personal", dijo Virgil Exner Jr., hijo del diseñador. Virgil Exner padre tenía la esperanza de adquirir el prototipo una vez que terminará la gira de exhibición.

"Mi papá quería comprarlo, pero si el auto se hubiera quedado en los EE.UU., debería ser destruido", dijo el joven Exner.

La RNX tuvo una odisea digna de una novela. Después de sus presentaciones en los shows de exhibición, el coche fue enviado de vuelta a Ghia en Italia, y fue vendido a hombre suizo que a su vez lo vendió a Mohammad Reza Pahlavi, un reconocido coleccionista de Persia y luego pasó a manos del Shah de Irán. El RNX finalmente fue vendido a un coleccionista de Kuwait y luego a un hombre en el Líbano, donde fue escondido durante la guerra civil de 1975 a 1991.

Karim Edde, un coleccionista libanés, salió a la búsqueda de autos para comprar y escuchó hablar del RNX, que estaba almacenado a sólo 200 metros de su casa. Edde compró el coche y lo mantuvo en la clandestinidad, moviéndolo de un lugar a otro para mantener su seguridad.

En 2009, el coche se embarcó a Canadá, donde RM Auctions inició un proyecto de restauración de dos años para que el RNX recobrara su belleza original.

"Tuvimos la suerte de que todo el acero estaba aquí. Todas las defensas estaban intactas, los armazones de los asientos estaban allí, así que tuvimos mucho que trabajar. Además, las fotografías que teníamos del coche eran simplemente fabulosas para cualquier cosa que tuvimos que recrear ", dijo Mario Van Raay, director general de restauraciones RM.

Faltaban las tapas de las ruedas y RM las reconstruyo usando una máquina CNC para reproducir las 35 piezas de cada tapa.

El coche fue terminado a tiempo para el concurso Amelia Island Concours d'Elegance del año 2011, donde ganó primer lugar en su clase. También fue premiado en el concurso con el premio Gran Turismo.

Para un coche de demostración de 50 años de edad, el RNX resultó fácil de conducir, y en nuestro breve tiempo detrás del volante cerca de la sede de RM en Blenheim, Ontario, el coche resultó ser un trueno, dibujando comentarios y reacciones de los transeúntes.

El motor inclinado de seis cilindros sonaba fabuloso, con su tubo de escape a un costado del lado del conductor. Una vez que el motor alcanza las 3,000rpm, el motor cobra vida. Y si bien podemos creer que el coche superó 150mph en una pista de pruebas en 1960, estamos contentos de no haber sido nosotros quienes presionaron el acelerador. Hay espacio suficiente para las piernas para un conductor de seis pies de altura, y el asiento del conductor se siente un poco más alto que el del pasajero, otro seña del diseño asimétrico.

Los parabrisas pequeños hacen un buen trabajo para desviar el aire alrededor del conductor y del pasajero. Una cubierta metálica se coloca sobre el asiento del pasajero para conducción como monoplaza.

La dirección es manual y directa usando un volante delgado de madera. Como la mayoría de los coches de cinco décadas de antigüedad, los frenos de tambor en las cuatro ruedas logran detener el auto, pero no se pueden comparar con cualquier cosa disponible en un coche moderno. Manejamos el coche durante una hora aproximadamente, y el indicador de temperatura del motor nunca vaciló de los 90 grados y la presión del aceite del motor se mantuvo estable en todo momento. La integridad mecánica habla no sólo de la excelente restauración de RM, sino también de la buena construcción original del coche.

El RNX se ofrecerá en la subasta de RM en Monterrey, California, el 18 de agosto. Si bien ninguna estimación oficial para la venta se le dio, el coche se espera que traiga más de $ 1 millón de dólares. Un auto construido una sola vez, a mano, con carrocería de acero para conducirlo todos los días no se pone a la venta muy a menudo.

  • Plymouth XNR 1960 |
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