Eventos de autos clásicos organizados por Club Roannais des Amateurs d'Automobiles de Collection
30 AÑOS... YA (En junio de 1994) Es tradición conmemorar las Décadas con un hito. Un signo de juventud o madurez, según la perspectiva, y en el caso del CRAAC, prueba de un valioso legado. Fue en 1974, el 25 de octubre para ser precisos, cuando un puñado de entusiastas se unió para fundar el club de Roanne. Estos coleccionistas, que sintieron la necesidad de unirse, eran, en su mayoría, ya miembros de un club externo, como Mulot, Sanlaville, Crétien y Vallansant, pertenecientes a la escudería Corail d'Amplepuis, o Cabotse, que contribuía al club AAA Lyon. Unas semanas antes, se habían conocido en un desfile de coches clásicos organizado por el comité de festivales de Saint Germain-Laval, y fue en la barra del café local (los presagios eran inconfundibles) donde nació la idea. Philippe Chrétien, entonces director de la escuela Pigier, ofreció sus instalaciones en la Rue des Minimes, y fue allí, aquel famoso viernes de octubre, donde se reunieron dieciocho personas, en representación de casi todos los coleccionistas de Roanne de la época. El evento transcurrió sin contratiempos, con la elección de una junta directiva compuesta por Jean Cabotse como presidente, Philippe Chrétien como vicepresidente, Roger Sanlaville como secretario, Jean Pierre Rey como secretario adjunto, Pierre Mulot como tesorero, Noël Montegu como tesorero adjunto, y tres directores: los Sres. Mas, Peyrard y Vallansant. La elección del nombre fue más laboriosa, y tras un debate, se optó por el acrónimo CRAAC. J.P. Rey garabateó inmediatamente el emblema de la nueva asociación en un papel, cuyo diseño se mantiene inalterado hasta el día de hoy. El número de coches en circulación era reducido. Había quienes, por el feliz privilegio de poseer uno, tenían un coche en restauración y ansiaban continuar con su trabajo, y quienes, sin tener uno aún, soñaban con el día en que encontrarían esa rara criatura (que, de hecho, no era tan rara, ya que era una época feliz en la que aún se podían encontrar muchos vehículos en graneros y garajes del campo). La actividad fue inmediatamente intensa: reuniones, salidas y participación en importantes concentraciones regionales: L'Aigle d'Or, Les Sapins, Les Chiens Verts y también Les Pétroleuses Beaujolaises, donde se decía que se consumía más Beaujolais que gasolina. Hoy en día, nuestro club es un actor importante, con tan solo unos cuarenta miembros, porque hemos mantenido la filosofía original de que el CRAAC era, ante todo, un grupo de amigos que disfrutaban reuniéndose para compartir su pasión común. Aunque algunos se han ido de Roanne o, lamentablemente, nos han dejado definitivamente, el núcleo original permanece; esto es prueba de una hermosa continuidad. También es prueba de una profunda amistad que va mucho más allá del simple deseo de coleccionar coches. Jean Cabotse, primer presidente del CRAAC (Editorial del Cri del CRAAC, junio de 1994)
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